domingo, 3 de julio de 2011

Esquizofrenia

Recoger las fotos y los pósters de la pared de tu habitación porque ya no es tuya.
Volver a sacar del armario las maletas con las que llegaste hace ya casi 10 meses.
Despedirte del amigo con el que has estado yendo a surfear todo el año, y darte cuenta de que debiste ir a la playa con la tabla bajo el brazo cada día, sin importar las condiciones.
Haber estado buena parte del verano volviéndote loco para encontrar piso, y hacer lo mismo ahora para encontrar a alguien que se quede con tu habitación.
Salir a dar un paseo sin rumbo con la cabeza como un bombo, darle al play, llegar a un mirador nuevo y presenciar un atardecer de película, teniendo a tus pies la ciudad con la que has soñado tantas noches...
Las ganas de gritar y de salir corriendo. 
Pensar de un año para acá, y de hoy en adelante.
Lo que ha pasado; lo que debía haber pasado; lo que no volverá a pasar.
La ilusión de antes de irte.
Las ganas de no volver.
El arrepentimiento de no haberlo hecho mejor.
La satisfacción de haberlo vivido.
Los fracasos y los logros.
La esperanza, que nunca muere.
Despedirte de gente a la que vas a echar mucho de menos.
Despedirte de gente a la que te hubiera encantado conocer mejor, pero siempre lo dejaste para mañana.
Pensar las cosas que te gustaría haber hecho, pero ya no tienes tiempo.
Pensar en todo lo bueno que no te esperabas, pero ha ocurrido, y dar gracias por ello.
Recordar que no tenemos nada de qué quejarnos, y que todo ocurre por alguna razón. Todo acaba donde tiene que acabar, porque "todo está escrito por una misma mano".
Darte cuenta de cómo todo esto ha caído del cielo, y que sigue habiendo gente muriendo de hambre.
No saber qué dia vas a volver, igual que no sabías que día vendrías.
El mismo nudo en el estómago, pero al revés.
Pensar en cómo te servirá el día de mañana, porque al fin y al cabo todo es por algo, y a veces tanto, tanto, tanto, al final se queda en nada.






















No hay comentarios:

Publicar un comentario